jueves, 9 de julio de 2015

Profanación (Los casos del Departamento Q) de Mikkel Nørgaard (2014)




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Bueno, los europeos del norte le han cogido gustillo a eso de pasar la literatura y el cine de consumo por sus paisajes, modos, maneras y costumbres y han conseguido un lugar en las pantallas cinematográficas y en las librerías que para sí quisieran  algunos países del sur de Europa… y no quiero dar nombres. Y la verdad es que les sale bastante bien, sobre todo en cine. En literatura es otra cosa.

Esta película llega a las pantallas españolas, como secuela de una primera, Misericordia (2013), con la receta ya conocida: Dos polis, uno más o menos centrado y cumplidor de lo estipulado, y el otro, desnortado,  infiel cumplidor de las normas, que le cae mal a todo el mundo aunque bueno de matar…a los malos, que para eso sigue en este mundo. Con una relación conflictiva en su vida familiar, teniéndole que dar gracias a los guionistas que no lo han hecho un alcohólico.  Esta combinación ha dado pelis gloriosas, desde el recuerdo de la cogida de huevos en Arde Mississippi! hasta la reciente serie True detective.

Pero hay que decir que a pesar de la cantidad y la calidad de la ascendencia cinematográfica esta historia se ve muy bien hilvanada, con una trama muy bien cocida y un final muy poco julivudiense.  Y hay que valorar el hecho de que a pesar de moverse en un terreno muy transitado, uno se levante de la butaca con la sensación de haberse entretenido y no haber perdido el tiempo, algo que no parecía pensar el tipo que delante de mí, unas butacas más allá, se levantó justo cuando faltaban unos diez minutos para que finalizase. Seguramente dando por acabado el suspense. Algo para mi imposible de hacer incluso con la peli más aburrida y pejiguera que uno pueda imaginarse. En fin.

Sólo me parece destacable en cuanto a lo que se podía hacer mejor, bajo mi punto de vista, el que había que haber tirado un poco de las riendas del actor principal, un pelín sobreactuado, y con una cara, a veces de místico en trance, que está vislumbrando no se sabe muy bien qué, pues luego en el desarrollo de la historia no se justifica; a veces de inminente suicida, que contrasta muy mal con lo que vemos en la trama y la forma más equilibrada de actuar de su compañero. Y fruto de ese pasarse de rosca es su enganche con la chica, muy poco entendible. Y es que el equilibrio es muy caro en todo.

O sea dos horas de buen entretenimiento cinematográfico, lo cual está muy bien. No todo van a ser obras maestras del celuloide que dicen los entendidos.

Un aviso para la industria del cine y la literatura nórdica: Las modas que siempre han pasado raudas…….. en estos tiempos, van como la velocidad de la luz. Y más si no se las llena de sustancia y sólo se basa uno en lo folclórico.

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